9.000 km, un jamón perdido y una revolución llamada Snipe

11.03.2025

Un sueño: Así nació Snipe

Hay ideas que nacen en despachos, frente a una pizarra llena de números. Y hay ideas que nacen en la carretera, entre aventuras, risas, sustos y muchas preguntas. Snipe pertenece a esta segunda categoría.

Era el año 2021 cuando nosotros, Judith y Rubén, decidimos emprender una aventura diferente: cuatro meses recorriendo más de 9.000 kilómetros por la Península Ibérica en una autocaravana saliendo desde Lanzarote, Canarias. Un viaje en busca de respuestas, inspiración y libertad.

Durante ese tiempo, nos llega a la mente cómo la hija de Judith, adolescente pasaba largas horas en redes sociales. Al principio, nos preocupaba ese tiempo invertido, hasta que nos sorprendió cómo dominaba rápidamente las tendencias, los algoritmos y el lenguaje digital. Ahí nos llegó la gran pregunta:

¿Qué pasa cuando un adolescente se convierte en un experto en redes sociales?

Este pensamiento nos llevó a reflexionar sobre el poder de las redes sociales, cómo afectan las dinámicas de consumo y la validación externa en la vida cotidiana de las personas. Nos dimos cuenta de que las redes sociales, aunque aparentemente nos conectan, nos separan de lo que realmente somos. La validación externa se convirtió en un motor de interacción, pero nunca en algo realmente auténtico.

Entonces decidimos crear algo diferente. Algo que no se basara solo en la validación, ni en el consumo de contenido vacío. Así nació Snipe, una plataforma que pone el foco en lo que realmente importa: el valor de lo auténtico, el valor de la historia que hay detrás de cada objeto, y cómo cada uno de nosotros puede conectar sin la necesidad de depender de la validación externa. Snipe no es solo una app, es un nuevo lenguaje.

En este viaje descubrimos que la conexión auténtica no se trata solo de estar en línea, sino de cómo nos relacionamos con los demás y con los objetos que nos rodean. Y esa es la esencia que queríamos plasmar en Snipe: no vender solo cosas, sino historias, conexiones, momentos que dejan huella.

A veces, las ideas más potentes nacen en los lugares más inesperados, y eso fue exactamente lo que pasó con Snipe. De un viaje por carretera, un reto personal y una observación profunda sobre el comportamiento digital, nació una plataforma que desafía las convenciones, que reinventa las subastas y que pone el foco en lo que realmente importa: la experiencia, la emoción, y lo auténtico.

Desde entonces, no vendemos objetos, sino historias. No hacemos transacciones, sino experiencias inolvidables. Y no buscamos clientes, buscamos cómplices que quieran compartir emociones y hacer historia con nosotros.

Esto apenas empieza. Bienvenidos al viaje.

No compres, snipea.

El viaje tuvo momentos inolvidables, como la noche en la que paramos en un pueblo cerca de Zamora, Sanabria. Nuestro perro, aprovechando que habíamos ido a ver las luces de navidad, se comió medio jamón que guardábamos para compartir con nuestra familia en Navidad. Era de color oscuro, de esos que huelen bien. Veníamos con él desde el sur, para ser exactos desde Guijuelo, Extremadura.

Cuando regresamos a la autocaravana, Rocco, que así se llamaba, se fue, tras ver lo enojados que estábamos. Bajo la lluvia y nieve, entre risas (sin jamón y buscando al tragón), enfado y angustia, buscamos durante horas hasta que finalmente apareció sano y salvo, justo cuando ya pensábamos lo peor, hacia las 4 de la madrugada. Llegados a Asturias, donde Rubén es natural, paramos a tomar una sidra, fue el mejor momento de los 15 días posteriores. Al día siguiente de llegar, cogimos el Covid. Una buena experiencia encerrados por diferentes pueblos de Asturias en autocaravana, donde la madre de Rubén, nos venía a traer comida cada dos días.

Otra parada memorable fue en Baqueira-Beret, donde Rubén aprovechó para participar en una competición de snowboard, recordando viejos tiempos y demostrando que siempre es buen momento para vivir experiencias que valen la pena.

Pero el verdadero aprendizaje fue otro, las cosas hay que vivirlas para poder valorarlas y luego contarlas. Durante esos casi cuatro meses en ruta, vimos claramente cómo conectar generaciones, aprovechar la tecnología para transformar vidas y, sobre todo, crear algo distinto, justo y auténtico. Ahí, en una autocaravana recorriendo 9.000 kilómetros, nació SNIPE.

Desde entonces, no vendemos objetos, sino historias. No hacemos transacciones, sino experiencias inolvidables. Y no buscamos clientes, buscamos cómplices que quieran compartir emociones y hacer historia con nosotros.

Esto apenas empieza. Bienvenidos al viaje.

No compres, snipea.